En el 2006, Radaid contaba ya con un número considerable de seguidores, además del reconocimiento y respeto de la comunidad musical y de festivales.
Ya con experiencia e ideas más claras, deciden crear su segundo álbum, Luz escondida, producción independiente realizada por el dueto fundador. Para este álbum, contaron con invitados de renombre, como el gran cantante Jorge Reyes, leyenda del rock con fusión prehispánica, con la cantante Jaramar Soto y el musicólogo Ernesto Cano.
Un álbum con grandes expectativas sonoras que contó con varios invitados, dándole un color único dentro de todas las producciones del proyecto. Se incluyó un contratenor, una Sharangi, una batería africana, un clarinete, un Ku chang y un erhu, además de la instrumentación básica del proyecto. Aunque Hector Aguilar ya no era parte del proyecto, colaboró con la grabación de la mayor parte de la percusión de este álbum.
Continuaron trabajando, dando conciertos y llenándose de nuevas experiencias, investigando más y más nuevos estilos musicales. Emmax y El Muerto contaban con un proyecto alternativo más pequeño llamado Barhaka, tocando principalmente en la galería de arte Haus Der Kunts, el concepto era el mismo que en Radaid, solo que aquí se trataba de improvisar lo más posible y de invitar a músicos que tuvieran instrumentos del mundo, siempre generando música espontáneamente. Este espacio fue el semillero de nuevas piezas que verían la luz en su próxima producción discográfica. En algún punto de este lapso, deja el proyecto Lidia Madrigal y entran en la percusión Sofía Orozco y Fernando Arias.
Intentaron entrar al mundo de las discográficas firmando con un sello de reciente creación llamado "Mind soul", disquera que buscaba posicionar las propuestas alternativas de Guadalajara, que tuviera toques de música del mundo. No grabaron ningun material nuevo para esta disquera y no lograron consolidar un proyecto redituable para ninguno de los dos, terminaron por salirse de la disquera para continuar con su carrera independiente.
El proyecto buscaba expandirse y decidió viajar a la ciudad de México a probar suerte, armados con todo el equipo posible, se lanzaron a la capital a buscar contactos y espacios para tocar. En esta etapa, contactaron al festival Ollin Kan, que se dedicaba, precisamente, a mover proyectos de diferentes partes del mundo, con inquietudes similares a las de Radaid. Gracias a este festival, consiguen su primera gira en Europa en la cual tocaron en la edicion portuguesa del Ollin Kan en Villa Du conde y de ahí, totalmente autoproducidos, se movieron por Eruropa dando conciertos. Para esta etapa europea ya no trabaja con Radaid el manager Rafael Castellanos.